miércoles, 4 de febrero de 2009

Esperanza de Guerra Nuclear

Nada es casual. Ni el nombre (Omid, esperanza), ni la fecha (el 30 aniversario de la Revolución Islámica), ni el momento (cuando Estados Unidos está intentando convencer a Rusia de que la Guerra Fría realmente se ha acabado). Tras su dramático fracaso de agosto, Irán lanzó esta semana el Omid, su primer satélite de fabricación casera, y todos los países de su vecindario, más los que le tienen en el punto de mira en occidente, interpretaron lo mismo: aquí está, ya ha llegado, ya lo hemos visto: el cohete con el que Irán podrá lanzar una cabeza nuclear el día que la tenga. Todo está unido, todo ocurre muy rápido. Justo cuando Irán se concreta como amenaza, Obama quiere poner fin al escudo antimisiles que propuso Bush para reformular la guerra de las galaxias de Reagan. Justo cuando Obama quiere llegar a un acuerdo con Rusia para que ambos países reduzcan sus arsenales de 5.000 a 1.000 cabezas nucleares (!!1.000!!), los chicos de Putin convencen al gobierno de Kyrgyzstan para que cierre la base estadounidense de Manas, clave para abastecer a Afganistán mientras los rusos, ex potencia invasora, no abran el grifo desde su lado. Y justo cuando todo esto se lía, uno se pregunta. ¿Y Corea del Norte? ¿Y la otra pata del eje del mal de Bush? Nadie sabe, nadie contesta. Pero oiga, ¿no eran estos los malos-malos?
 
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