miércoles, 31 de diciembre de 2008

La crisis ninja despide a 2008

David Bowie entró allí porque se había citado con la muerte. Le esperaban un trono oscuro, además de Mick Jagger, Paul McCartney, Lou Reed o Barbra Streisand, que habían llegado haciendo caravana con sus Rolls Royce’s y sus Bentleys. La última cena, llamaron a la reunión, que despedía oficialmente a Ziggy Stardust, el alter-ego extraterrestre que lanzó al estrellato al músico británico. Ocurrió en 1973 en el Café Royal de Londres, que cerró en diciembre de 2008 para ser reconvertido en un hotel. No fue la única despedida del año. Se marcharon también un buen puñado de personas famosas, influyentes y en algunos casos hasta imprescindibles; se acabó el mito del crecimiento infinito de la economía globalizada, sustituido por el pánico mundial de la revolución ninja; y echaron la persiana ocho años de fracasos y polémicas: George W. Bush se va, y llega Obama, el político que ganó unas elecciones inspirando a un país mientras hablaba bajo la lluvia.
 
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