martes, 3 de marzo de 2009

Irán ataca a Hollywood


La película 300 revela a los persas como unos homosexuales asesinos y desviados, y forma parte de una maniobra para someter psicológicamente a los iraníes antes de que los invada los Estados Unidos. No sin mi hija critica inmerecidamente a la Revolución Islámica. Y The Wrestler, la película que ha devuelto a la actualidad a Mickey Rourke, ofende a todo un país al destrozar su bandera sobre un cuadrilátero. Eso es lo que piensan las autoridades iraníes, que demandan una disculpa a la delegación de Hollywood a la que ha dado visados para visitar el país e impartir unos seminarios. No es una cosa cualquiera. No, porque entre los visitantes está la actriz Anette Benning, el director de la Academia Sid Ganis o el ex jefazo de la Universal, Tom Pollock, que son alguien en esto del cine. No, porque Obama sigue haciendo gestos hacia el país de los ayatolás, traducidos en visitas como esta, e Irán sigue respondiendo a la mano tendida con el puño cerrado. Y no porque vuelve a quedar claro que en este asunto, como en el de las jugadoras de badminton estadounidenses, la política lo invade todo, y todo es política. Es cine, y dan ganas de visitar las bambalinas del rodaje: Obama ofrece buenas palabras en público y, al mismo tiempo, ofrece a Rusia dejar de construir un escudo antimisiles en Europa si los chicos de Moscú dejan de ayudar a Irán en el desarrollo de armas de largo alcance. Película de espías: la oferta llegó a través de una carta secreta, entregada en mano hace tres semanas, y exigía la máxima discreción, según ha revelado The New York Times.
(En la foto, Annette Benning en Running with Scissors)

 
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