miércoles, 28 de enero de 2009

Sólo se escapó la Reina Madre

Roberto Nappo ha hecho de todo. Entrevistar a Sting para hablar sobre la selva del Amazonas. Conseguir que Plácido Domingo se quite la máscara de Otello. Perseguir a Maradona y a Pelé usando la tarjeta de visita de un amigo para superar cualquier obstáculo. También ha hecho teatro, ha escrito sobre tangos, los ha cantado con voz de caverna, y se ha encontrado con el Rey de España. Sólo ha dejado de hacer una cosa: entrevistar a la Reina madre de Inglaterra, ya fallecida, y por eso el único gran personaje que no está en Faltó la Reina Madre, su libro. Periodismo entretenido, con acento porteño, ironía de marca y un punto de autohomenaje. Una recopilación para respirar los entresijos del oficio que tan bien describió Montanelli en su maravilloso Gentes del siglo.

viernes, 23 de enero de 2009

Un vicepresidente fantasma

Es el compensador y el gran desconocido. La elección de Joseph Biden como segundo de Obama, anunciada al mundo por sms, pareció nacida de un estudio demográfico: blanco, mayor (65 años y dos aneurismas cerebrales), sin ingresos multimillonarios, con experiencia en política internacional y un dramático pasado que le acercaba al electorado: perdió a su primera mujer y a su hija de trece meses en una accidente de tráfico en 1972. Su presencia en el ticket electoral compensaba los miedos de los que consideraban a Obama un radical; acercaban al hoy presidente a los votantes de Hilary Clinton, e introducía un elemento estabilizador, casi tranquilizador para una parte del electorado, en la revolución del Yes, we can. Hoy es un personaje secundario: en el punto de mira de la comunidad judía estadounidense y también de los conservadores por sus convicciones abortistas –el partido de la muerte, le llaman los católicos estadounidenses--, Biden es la sombra detrás del héroe. Son los peligros de un presidente estrella en los tiempos de la sociedad multitarea. El ex senador es un hombre interesante. También, un vicepresidente que se arriesga a ser un fantasma.

martes, 13 de enero de 2009

Cómo forrarse con la crisis

El primero que lo intentó fue un veterano de la Guerra de Vietnam. John McCain dio por cerrada su campaña presidencial en Estados Unidos, argumentando que era una locura dedicarse a eso cuando la crisis financiera azotaba el planeta. Por detrás en las encuestas, McCain intentó utilizar el tsunami económico y de destrucción de empleo (2,6 millones de puestos de trabajo PERDIDOS en EEUU en 2008), en su beneficio. Luego han venido los bancos, con sus campañas de captación de pequeños ahorradores asustados e hipotecados con el agua al cuello: low cost banking, le llaman. Las televisiones desnortadas en busca de un repunte de audiencia. Los emprendedores que aseguran el éxito en seis cafés, o la comprensión de las complejidades del problema en 200 páginas, que es lo que promete Leopoldo Abadía. Quedaban por llegar los tangas anticrisis y las páginas porno que intentan aprovechar la falta de liquidez de los usuarios para hundir a la competencia. Ya han llegado. Ellos y todos quieren forrarse con la crisis. Hasta la Iglesia y el Gobierno, con su Plan E, buscan pescar en río revuelto: la crisis ha abierto la caza del feligrés perdido y del votante poco convencido.

viernes, 9 de enero de 2009

El padrino también dispara en la guerra del gas

“¿Esta Moscú utilizando sus reservas energéticas como moneda de cambio para otro tipo de negociaciones?”, se plantea un comentario anónimo en un post anterior. Durante todo 2008, el rumor recorrió occidente. La troika del gas está cobrando cuerpo: Irán, Rusia y Qatar tienen un principio de acuerdo para coordinar precios, igual que la OPEP con el petroleo, y eso hace temblar al resto del mundo. En la actual crisis, sin embargo, también concurren otros factores. Los hay económicos: Ucrania considera que la tasa que paga por el transporte del gas ruso debe seguir vigente, mientras que Moscú quiere igualarla con la que cobra a otros países. Los hay financieros: Naftogaz, la compañía estatal ucrania, ya ha hecho frente a la deuda que tenía con la rusa Gazprom, pero no a los 500 millones de dólares en intereses por los atrasos que ésta le reclama. Y los hay sentimentales y guerreros. Ucrania quiere mirar a occidente y salir de la órbita de influencia rusa. Ucrania apoyó a Georgia durante la invasión rusa de agosto, llegando incluso a derribar cuatro aviones, según los invasores. Y el presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, el triunfador de la revolución naranja, le vende armas a Mijail Saakashvili, el presidente georgiano, por razones políticas, geoestratégicas y emocionales. Son las cosas del corazón: Yúschenko, cuentan, es padrino del hijo del Saakashvili.

Obama ya no baila con Beyoncé

A Obama ya no le vale con bailar con una lesbiana al ritmo de Beyoncé. Ya no sirve hacer lo que no haría ningún político español. Ya no vale con el verbo incendiario, la política de gestos y la campaña de imagen. Barak, el suertudo, ya ha ganado. Toca tomar decisiones. Y a diez días de asumir la presidencia estadounidense, Obama es palabras y problemas; problemas y más problemas. Su equipo ha tenido que salir al paso de los rumores que le vinculaban con la venta al mejor postor de su puesto en el Senado. Los entendidos han criticado su elección de Leon E. Panetta como director de la CIA. Y hay quien se sorprende de que haya nombrado a John O. Brennan como su asesor en antiterrorismo: el hombre forma parte de una de esas empresas privadas de pistoleros que campan a sus anchas por Irak y Afganistán, y una vez dijo que estaba mal ahogar a los prisioneros en los interrogatorios, pero que de vez en cuando “hay que quitarse los guantes” –en román paladino: hay que mancharse las manos. Eso le toca ahora a Obama. Dejar de hablar, y ponerse a actuar.

domingo, 4 de enero de 2009

El nuevo El Dorado, al borde de la guerra

La Segunda Guerra Mundial volvió a Europa el 1 de enero de 2006. Rusia, productora del 24% del gas consumido en el viejo continente, le cortó el suministro a Ucrania, que es como cortárselo a la mitad de la Unión Europea, merced al trazado de los gaseoductos. El frío que se pasó entonces no se vivía desde los años 40. Esta semana ha vuelto a estallar el pánico. Gazprom, la superempresa rusa, esgrime que no ha llegado a un acuerdo sobre los precios del gas con Naftogaz, la compañía nacional de Kiev. Ucrania, que necesita quitarle a Europa parte del gas que normalmente le manda para atender las necesidades de sus ciudadanos. Y el resto del mundo, que las amenazas adelantadas en 2001 por un libro (Resource Wars. The New Landscape of global conflict) eran proféticas. El nuevo El Dorado, construido alrededor de las reservas de petróleo y gas del Mar Caspio, tiene en tensión a Rusia y Estados Unidos, que quieren controlar los beneficios derivados de las tasas de transporte; a Irán, que tiene costa implicada; y a varias ex repúblicas soviéticas que defienden el paso de los gaseoductos y oleoductos frente a las tropas rusas y los islamistas. Son las Pipeline Politics. Un señor lío que se empezó a desmadrar con la revolución naranja.

viernes, 2 de enero de 2009

Cómo fabricar un best-seller

Katherine Neville tiene 64 años y una poderosa máquina editorial al servicio de El Fuego, su nuevo libro: la casa comercial que le da cobijo ha lanzado este año la página web que no necesitó Neville para lograr el éxito multiventas de El Ocho. Ha añadido a esa promoción un trailer (sí, el trailer de un libro), audios con una lectura parcial del texto en inglés, podcasts con declaraciones de Neville, y fotos promocionales en alta resolución. Son las nuevas tecnologías al servicio de la venta de libros. Persisten, sin embargo, los viejos hábitos. La exhibición constante del autor. Neville protagonizó en Madrid un partida de ajedrez gigante –ganó—y dos firmas de libros en dos días. Preparó su llegada con un par de reportajes y entrevistas. Y se marchó a repetir experiencia en el próximo país de la lista. Así (más el texto y el talento del autor, faltaría más), se fabrican los éxitos del siglo XXI. Menudo contraste. Neville busca un inmediato best-seller, y se hizo famosa con un paciente long-seller: El Ocho estuvo diez años (¡diez!) en las librerías hasta que se convirtió en fenómeno de masas.

jueves, 1 de enero de 2009

100 millones de dudas sobre la San Silvestre vallecana

El 1 de enero es día de pausa para todos, pero más para algunos: 30.000 personas corrieron ayer la San Silvestre de Madrid. Otras tantas lo hicieron en otros puntos de España, y es de esperar que a algún atleta le diera tiempo de vencer dos pruebas en el mismo día, como ocurrió en 2007. Tras las zapatillas, sin embargo, la billetera. Valga el ejemplo de Madrid: 20 euros de inscripción para la mayoría de corredores, multiplicados por 27.500 participantes en la carrera popular, equivalen a la friolera de 550.000 euros. Casi 100 millones de pesetas. Mucho dinero por una camiseta, por un chip con el que medir la marca, y por la organización de la carrera, fagocitada por Nike, impulsada por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, y arropada por una decena (¡una decena!) de patrocinadores. De esa mezcla de voluntades sale el dinero con que pagar las bandas que amenizan el recorrido; el avituallamiento final, que es una orgía de Powerades; y el circo de carteles, tiendas y propaganda que persigue al corredor desde meses antes a la recogida del dorsal. Todo, al parecer, imprescindible para correr los 10.000 metros más famosos del mundo.
 
Bitacoras.com