miércoles, 25 de marzo de 2009

Obama lee a Bolaño


Roberto Bolaño es como El Cid. Gana batallas después de muerto. La crítica estadounidense vive rendida a 2666, su novela inacabada, un tocho que unifica los cinco libros que imaginó el autor antes de su muerte. La novela agrupa tantos mundos y escenarios como páginas. México no se escapa, aunque no sea el de los mariachis y las playas de las postales. Están los tequilas, las putas y los gangsters. Están las mujeres violadas, las asesinadas y las desaparecidas. Está la lista fría, repetitiva y alienante de las chicas que no sobreviven a las penas de las maquiladoras, al sueño del paso de la frontera, y al comer el polvo mexicano para respirar luego el sueño americano. Esa realidad del otro lado de la frontera, esa vida de drogas, espaldasmojadas y explotación es lo que teme Obama. Puede que la próxima crisis internacional esté en la puerta de al lado, dice el The New York Times. Por eso el presidente visita México el próximo mes. Por eso su secretaria de Estado, Hilary Clinton, está ya ahí la próxima semana. La crisis agudiza los problemas de una relación tensa. Tensa, porque son socios comerciales privilegiados. Tensa porque los drogadictos estadounidenses se están bajando a México para comprar sus drogas –a ellos también la crisis les ahoga. Y tensa porque el negociete de los estupefacientes han provocado 7.000 muertos en 16 meses y una dimisión: la de Roberto Orduna, jefe policial de Ciudad Juárez, donde la vida de una mujer vale menos que la bala que la asesina, debió dejar el cargo cuando los mafiosos empezaron a cumplir su amenaza de matar a un policía cada 48 horas si no lo hacía. México es un solo país, pero no tiene un solo gobierno.

 
Bitacoras.com