domingo, 13 de septiembre de 2009

Muerte en televisión

Son tiempos de vida, sexo y muerte en directo. Basta repasar los últimos meses para darse cuenta de cuáles son los acontecimientos que han concitado mayor atención entre los televidentes anglosajones. El primero fue la muerte de Jade Goody, ex concursante del Gran Hermano británico, fallecida en directo. El segundo fue el funeral de Michael Jackson, con sus hijos impúdicamente exhibidos ante millones de espectadores y sus hermanos echándole leña al fuego de su presunto asesinato. El tercero fue el funeral de Ted Kennedy, presentado como un homenaje a un padre de la patria, como una retransmisión en directo de las anécdotas que los amigos recordaban de sus borracheras y días felices con el viejo león demócrata: que se sepa, los asistentes participaron del silencio de la mayoría de los medios, que al presentar a Kennedy como un político de altura, el mentor de Obama, obviaron que un día condujo y se estrelló tras una fiesta; que vio cómo su furgoneta caía a un río; y que se marchó corriendo. De la mujer que iba dentro del vehículo tampoco nada se dijo. El cuarto episodio ha tenido lugar el 11 de septiembre, con motivo del aniversario de los atentados de las torres gemelas: la CNN, como en los casos anteriores, retransmitió en directo para el mundo cómo los hijos, esposas y maridos de las víctimas iban leyendo uno a uno los miles de nombres de los seres queridos perdidos. Hasta en eso, como en todo, hay clases: los asesinados en el atentado enternecen, conmueven, duelen. Los otros…


 
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