domingo, 4 de enero de 2009

El nuevo El Dorado, al borde de la guerra

La Segunda Guerra Mundial volvió a Europa el 1 de enero de 2006. Rusia, productora del 24% del gas consumido en el viejo continente, le cortó el suministro a Ucrania, que es como cortárselo a la mitad de la Unión Europea, merced al trazado de los gaseoductos. El frío que se pasó entonces no se vivía desde los años 40. Esta semana ha vuelto a estallar el pánico. Gazprom, la superempresa rusa, esgrime que no ha llegado a un acuerdo sobre los precios del gas con Naftogaz, la compañía nacional de Kiev. Ucrania, que necesita quitarle a Europa parte del gas que normalmente le manda para atender las necesidades de sus ciudadanos. Y el resto del mundo, que las amenazas adelantadas en 2001 por un libro (Resource Wars. The New Landscape of global conflict) eran proféticas. El nuevo El Dorado, construido alrededor de las reservas de petróleo y gas del Mar Caspio, tiene en tensión a Rusia y Estados Unidos, que quieren controlar los beneficios derivados de las tasas de transporte; a Irán, que tiene costa implicada; y a varias ex repúblicas soviéticas que defienden el paso de los gaseoductos y oleoductos frente a las tropas rusas y los islamistas. Son las Pipeline Politics. Un señor lío que se empezó a desmadrar con la revolución naranja.
 
Bitacoras.com