miércoles, 21 de octubre de 2009

El Ejército también especula con el suelo

Han sido numerosas las operaciones urbanísticas en las que ha participado como parte interesada el Ministerio de Defensa. Ahí están, por ejemplo, la Operación Campamento o la venta de la Finca de Retamares, ambas en Madrid. La última compraventa, sin embargo, tiene tintes dramáticos. El ejército, obligado por la justicia, que le había dado seis meses para desalojar la tinerfeña base de Hoya Fría, ha decidido pagar varios millones de euros a la familia Rodríguez López, su legítima propietaria, a cambio de seguir utilizando la base durante cuatro años, prorrogables uno más. La parcela, de medio millón de metros cuadrados, llegó a manos del ejército mediante una donación de la familia Rodríguez López al general Franco, allá por 1937, en plena Guerra Civil. En 1997, el Ministerio vendió casi un tercio del terreno por 1,7 millones de euros para que una cooperativa de ex militares construyera chalets mirando al Atlántico. Hoy esos inquilinos han tenido que pagar 7,5 millones de euros a los Rodríguez López. Son las cosas de los tribunales. Lo contó El Mundo y es tremendo:

“En la escritura de donación de la finca de 1937, Álvaro Rodríguez-López -hermano del mismo Heliodoro que da nombre al estadio de fútbol del Tenerife- manifiesta que dona por su «expresa voluntad» el terreno a Franco y muestra su «agradecimiento por que se le haya aceptado la donación» y porque el campo de tiro a que se destinaba fuese a tomar la denominación del «glorioso generalísimo Franco». Bajo esas expresiones, sin embargo, subyacía la terrible realidad de una Guerra Civil. Un primo de los Rodríguez-López, Rubén Marichal, ex diputado socialista y subsecretario de la Marina Mercante con el gobierno de la Segunda República, fue encarcelado tras el golpe de Estado y cayó gravemente enfermo de un enfisema pulmonar. Bajo la mediación de un coronel, el Ejército nacional presionó a Álvaro Rodríguez-López, que era un importante industrial naviero, para que les cediese el terreno a cambio de liberar su primo. De lo contrario, le darían 'paseíllo'. Ante esta situación, la familia no tuvo otra opción que ceder al chantaje. Rubén Marichal salvó la vida gracias a la finca de Hoya Fría”.
 
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