miércoles, 11 de febrero de 2009

Estados Unidos y Rusia se pelean por Asia

La Guerra del Gas fue el primer capítulo. Un conflicto local de importancia global: afectó a Ucrania, lo impulsó Rusia y lo peleó en la sombra Estados Unidos. Ahora, la base militar de Manas da cuerpo al segundo capítulo del enfrentamiento soterrado entre las dos superpotencias, que quieren colocar bajo su órbita de influencia en Asia al conglomerado de ex repúblicas soviéticas, países empobrecidos, gobiernos comunistas y políticos desesperados porque llegue el maná de los créditos y las subvenciones. Rusia ofrece pagar 450 millones de dólares en créditos al gobierno de Kyrgyzstan (Kirguistán) para que cierre la base estadounidense de Manas. Washington, que la considera fundamental para el abastecimiento de Afganistán y paga 63 millones de dólares anuales por su uso, negocia para evitarlo. Y el enfrentamiento, calentado por la Guerra de Recursos y el dinero que la mueve, subraya una profunda contradicción. Rusia negocia con Estados Unidos abrir vías de abastecimiento para Afganistán desde su lado de la frontera, pero al mismo tiempo cierra uno de los puntos estratégicos para el sostenimiento de las que ya existen. Manas, por cierto, no es un nombre cualquiera: fue el héroe que unió a las 40 tribus de la zona para luchar contra los mongoles. Hasta hoy, su nombre era sinónimo de armonía, conjunción, diplomacia y superación de las diferencias. Desde mañana, quizás, representará un paso más en el distanciamiento de dos superpotencias.
 
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