martes, 28 de abril de 2009

Una bahía en la que ahogar a Europa


La línea es motivo de disputa entre pescadores, comerciantes, policías y políticos. Su trazado se discute en una de las zonas más peligrosas de Europa: la antigua Yugoslavia. Y su ubicación ha puesto en peligro la incorporación de Croacia a la Unión Europea, prevista para 2010. Se trata de la Bahía de Pirán. El río que en ella desemboca ya avisa de lo encendido de la polémica: es el Dragonja, que corre a lo largo de la frontera entre Croacia y Eslovenia, dos países que discuten desde 1991 sobre el porcentaje de bahía que a cada uno le corresponde. El problema, que ya enfrentó a italianos y yugoslavos, demuestra que las cicatrices de la división de Yugoslavia todavía no están cerradas. Dicen los croatas que la mitad para cada uno. Responden los eslovenos, miembros de la UE, que eso impediría la salida de sus barcos a mar abierto. Es la suya una posición de fuerza: frente a la posibilidad de que decidiera la Corte de la Haya, los eslovenos han vetado la entrada de Croacia en Europa. O la Bahía, o nada. La UE ha tenido que establecer un tribunal con cinco jueces, entre ellos un croata y un esloveno, para discutir el asunto. Europa quiere seguir creciendo, aunque nadie sepa hasta dónde. Su expansión es tambaleante. Lleva la promesa de la moneda y el mercado único, el sueño de un futuro próspero. A cada paso hacia el Este, sin embargo, se encuentra con el mismo problema. Hay vecinos que no olvidan, países que no perdonan. El dolor del siglo XX está en la fundación de la Gran Europa, harta de guerras vecinales. Ése mismo sufrimiento, en los baches y las rencillas que se encuentra a cada paso.
 
Bitacoras.com