martes, 19 de mayo de 2009

Un calendario mortal

De un año a tres para construir una bomba nuclear, sobre todo si expulsa a los inspectores de la ONU. Cinco años a partir de entonces para construir una cabeza nuclear que pueda utilizarse con los misiles disponibles. Ése es el calendario al que debería hacer frente Irán si quiere construir un misil transcontinental con carga atómica, según un panel de expertos independiente, que coincide en sus conclusiones con Estados Unidos. Israel, el enemigo más próximo a Irán, teme que sólo necesite ocho meses. El informe, que deja la posibilidad de que Irán ataque Europa a un suspiro cronológico, obliga a mirar atrás para valorar las medidas hasta ahora tomadas. Dan que pensar sobre la capacidad de los políticos. El escudo antimisiles que tanto le gustaba a Bush y tan poco le gusta a Obama, con sus radares e interceptores en Polonia y la República Checa --que todavía no han ratificado los acuerdos de sus Gobiernos en sus respectivos Parlamentos-- no protegerían a Europa para nada, según el informe, que no considera el peligro "inminente". La política de mano tendida del presidente estadounidense no está produciendo avances significativos. Y la incapacidad de los organismos internacionales para controlar el tráfico de armas y de sus componentes permitió que, entre finales de los 80 y los primeros 90, Irán recibiera desde Corea del Norte versiones modificadas de los misiles que podían lanzar los submarinos rusos en los años 50. Es tecnología poco avanzada, que ya permite un alcance de 1.100 kilómetros a los misiles Shahab3M. Eso está dificultando el proceso pero no deteniéndolo. Irán avanza, y el mundo, mientras tanto, piensa: ¿Qué hacemos?
 
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